29 de Octubre del 2014Por Redacción y Notimex / Foto: Notimex
A 48 horas deser reelegida, han surgido las primeras resistencias a la propuesta de la presidenta.
Mis primeras palabras son de unión, aseguró Dilma Rousseff.
Con un Congreso fraccionado y atomizado por una treintena de partidos políticos, en su segundo mandato, la presidenta Dilma Rousseff deberá tejer nuevas alianzas para sacar adelante las reformas que plantea, en especial la política.
Apenas 48 horas después de ser reelegida, han surgido las primeras resistencias a la propuesta de Rousseff para celebrar un referendo para que la sociedad decida qué debe ser reformado en el área política.
La mayor formación aliada del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), el centrista Partido de Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), anunció que se opone a la medida y propone que el cambio proceda del Legislativo y sea refrendado en plebiscito.
Es sólo un ejemplo de la ardua tarea que le espera ahora al segundo mandato de Rousseff, cuyos apoyos en el Congreso se han visto reducidos tras las elecciones.
Consciente de que, incluso dentro de su propio gabinete y partido es considerada poco dialogadora a la hora de trazar políticas, tras su reelección, la mandataria lanzó en su primer discurso un mensaje a todos los sectores.
“Mis primeras palabras son de unión. En las democracias maduras unión no significa necesariamente unidad de ideas o acción monolítica, sino apertura y disposición para el diálogo. Esta presidenta está abierta al diálogo. Y este es mi primer compromiso en el segundo mandato”, dijo.
Un mensaje a la que, de alguna forma, se ve obligada, según los expertos, como consecuencia de unos resultados electorales que le dieron la victoria con el 51.6 por ciento de los votos, es decir, por apenas 3.5 millones de votantes.
Si el diálogo con las fuerzas políticas opositoras se plantea complejo, igual o más lo será con el mundo empresarial, en especial el sector industrial del país, concentrado en Sao Paulo y que votó masivamente por el opositor Aécio Neves.
En particular, porque la confianza del empresariado industrial no dejó de caer y recriminan a Rousseff que su política económica y social haya frenado el desarrollo del sector en el país, el más castigado por la recesión técnica y el bajo crecimiento.
En este marco de búsqueda del diálogo es probable que se tarden semanas o incluso meses en definir el nuevo equipo económico, liderado por un nuevo ministro de Hacienda, cuyo nombre se desconoce aún y mucho se especula en la prensa.
AR