Carlos Torres Torrija se recupera de ¡los 30 días que pasó en coma!







Hace unos días lo vimos llegar a un evento con una férula en el brazo.



Hace unos días lo vimos llegar a un evento con una férula en el brazo.






Nos quedamos sin palabras cuando Carlos Torres Torrija, de 45, nos platicó por primera vez los difíciles momentos que vivió hace 6 años, al haber sido lanzado desde la azotea de su casa por unos delincuentes, dejándolo 33 días en terapia intensiva. A pesar del tiempo, las secuelas continúan y hoy el actor usa una férula en el brazo derecho, que no quedó del todo bien, pues se lastimó en las grabaciones de 'La patrona'.

-Carlos, llama la atención lo que tienes en la mano, ¿cómo estás?

“Tuve un accidente muy grave hace 6 años y ahora se dieron cuenta de que una fractura que sufrí en el radio (hueso más largo del brazo) nunca soldó, la placa se rompió y tuvieron que quitarme un injerto de la cresta ilíaca (hueso de la pelvis), para quitar la placa vieja y poder ponerme una nueva”.


-El accidente, ¿cómo fue?

“Me tiraron desde la azotea de mi casa”.



Se lastimó durante las grabaciones de la novela 'La patrona', por lo que tuvieron que reemplazar la placa metálica que tenía desde hace seis años, porque se rompió.



Se lastimó durante las grabaciones de la novela 'La patrona', por lo que tuvieron que reemplazar la placa metálica que tenía desde hace seis años, porque se rompió.






-¿De qué forma sucedió eso?

“Intentaron secuestrarme en mi propio hogar, me defendí, y en el forcejeo me aventaron del tercer piso. Entraron para robar, pero al ver que estaba ahí, me querían llevar con ellos”.

-¿Estaba solo o con su familia?

“Afortunadamente solo, por eso me di valor, pero después vino lo duro. Cuando caí, pensaron que me había muerto y enseguida se fueron corriendo”.


-¿Después qué pasó?

“No recuerdo mucho al respecto, pero estuve hospitalizado 2 meses, de los cuales pasé 33 días en coma, en terapia intensiva. Los doctores ya no me daban esperanzas, pero la vida me dio una segunda oportunidad. Más tarde tomé terapias de todo tipo y fue como volver a nacer. No podía hablar ni moverme, mi pierna derecha rengueaba (cojeaba), me pusieron 2 placas de metal en la cabeza y una en el brazo”.


-Fue toda una prueba de vida...

“Digamos que sí, que son cosas que por algo te pasan. Al principio me cuestionaba: ‘¿por qué a mí?’, pues no me lo esperaba. Me considero buena persona, no le hago daño a nadie y no se me hacía justo estar viviendo eso”.


DRC





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