6 de Noviembre del 2013Por: Redacción y EFE / Foto: EFE
Rob Ford indicó que a pesar de revelar su secreto, no dejará su puesto público.
Los aliados del político piden que deje su cargo.
El alcalde de Toronto, Rob Ford,confesó lo que prácticamente todo el mundo sabía desde hace meses, que consume drogas y se emborracha, por lo que la ciudad más importante de Canadá no sabe qué hacer con el político.
Tras meses de negaciones y de escapar por puertas traseras para evitar a los medios de comunicación, este martes 5 de noviembre Ford salió de su despacho y solicitó a las decenas de periodistas que lo esperaban que preguntaran lo que le habían planteado hacía meses.
Los periodistas, incrédulos, dudaron a qué se refería Ford hasta que ante su insistencia alguien repitió la pregunta: ¿ha fumado crack?.
Hace 6 meses, Ford negó que consumiera droga y que existiera un vídeo que mostraba el momento en el que fumaba crack en una vivienda conocida por ser un lugar habitual del tráfico y consumo de narcóticos.
Pero ayer, cuando le repitieron la pregunta, Ford respondió "sí, he fumado crack". La confesión pública se produjo tras días de intensas presiones desde que la semana pasada el jefe de Policía de Toronto, Bill Blair, admitiera que la policía tenía en su posesión un vídeo de Ford en el que aparecía drogándose.
Ante sus declaraciones, Ford aseguró que no va a dimitir y que está preparado para la reelección al cargo en 2014. La posición del polémico alcalde deja a la capital de Canadá en una incómoda cuestión, pues legalmente no se le puede expulsar del cargo ya que la Policía no lo ha acusado de cometer ningún delito y no existe ningún mecanismo para que se le sustituya.
Los concejales de Toronto, incluidos sus aliados en el gobierno municipal, han presentado una moción para limitar sus funciones. Asimismo, todos los periódicos de la ciudad, incluido el conservador Toronto Sun, que ha sido su principal respaldo, han solicitado que abandone el puesto.
Lo mismo ha hecho de forma pública la influyente asociación de empresarios de la ciudad, que teme que la imagen de Toronto quedé dañada por la polémica.
VCN