Mónica Garza acepta que su hija sufre ¡‘el síndrome del nido vacío’!







Desde 1998, cuando Mónica se separó del padre de Matilda, ambas salieron adelante solas, pues la conductora se volvió a casar hace 2 años.



Desde 1998, cuando Mónica se separó del padre de Matilda, ambas salieron adelante solas, pues la conductora se volvió a casar hace 2 años.






La conductora Mónica Garza padece el llamado síndrome del 'nido vacío', debido a que su única hija, Matilda, de 16 años, se fue de la casa para vivir con su padre, quien radica en Portugal. La adolescente siempre ha vivido con su madre, por lo que en entrevista, la presentadora aceptó que esta separación ha sido una etapa difícil.

-Mónica, ¿cómo está tu hija?

“Ahorita, estudiando la preparatoria en Portugal. Se fue a vivir con su papá, el director de comerciales Pedro Ávila”.


-¿Cómo fue desprenderte de ella?, porque toda la vida ha vivido contigo...

“Era algo que tenía que suceder en algún momento; estoy feliz de que esté en un lugar increíble con su padre”.


-¿Los primeros días sin Matilda en casa cómo fueron?

“De que tenga la oportunidad de vivir en Europa, pues es maravilloso. Al principio, por supuesto que sí es difícil acostumbrarte, pero son otros ciclos, hay que darle paso a otras etapas, y Matilda ya creció. Ella quería hacerlo, entonces, si eso la iba a hacer feliz, yo lo sería más. Fue duro, por la separación, de decir: ‘híjole, ya no está’. Hay un vacío enorme en la casa. Era toda mi vida, llegaba corriendo, y de repente sólo hay silencio”.


-¿Cuándo se fue y para cuándo va a regresar?

“Hace tres meses, y de volver, no sé. En un principio quiere hacer la prepa allá, veremos si la aguanta toda, si sí, perfecto, y si no, pues ya la tendremos de regreso”.


-¿Para ti cómo fue darte cuenta de que ya no es una niña, sino una adolescente?

“Genial, porque antes de que se fuera ya me robaba mis pinturas, zapatos y vestidos, lo cual me encanta”.


-¿Con ella cómo viviste la etapa de la adolescencia?

“Siempre he dicho que la adolescencia es como una especie de locura, y para los padres la verdad es que resulta complicado. Uno debe tener paciencia y ser sensato”.


-¿Como madre eres exigente?

“Soy muy estricta, también en la escuela, aunque a ella le da igual y no le gusta. Pero hay cosas que uno tiene que hacer, como ser firme y disciplinado en el estudio. Eso es lo único que te va a sacar adelante”.


-Pero también eres consentidora, ¿no?

“Mira, soy súper barco, en general. Tengo una relación sumamente amorosa con mi hija, además, es la única que tengo y no me importa echarla a perder (ríe). Me fascina que invite a sus amigas a la casa, aunque tampoco es tan amigable ni sociable. También me gusta mucho irme con ella de compras, consentirla, darle las cosas que le agradan, claro, siempre y cuando estén dentro de mis posibilidades”.


-La hemos visto con un look gótico...

“Yo la apoyo en todo, y es que me parece increíble tener una hija que se apasione con algo, con un tema. Si Matilda se inclina hacia un tipo de rock, que le dé rienda suelta. Apenas va empezando en el camino, y tiene suficiente tiempo para tener hoy ese look y luego otro. Ella es muy cercana a las artes plásticas, entonces, evidentemente está dentro de otro tipo de ambiente, y eso le genera otras iniciativas, hasta en su forma de vestir y su imagen. Lo último que haría en la vida sería decirle: ‘no hagas esto, no te vistas así’. Lo que deseo es que sea lo que quiera ser. Le encanta el metal, dibujar y los idiomas”.


-Además se lleva muy bien con tu marido...

“Sí, se quieren mucho, se entienden y son divertidos juntos. Cuando ella estaba en México y me tocaba trabajar un fin de semana, hacían sus planes y yo no les hacía ni tantita falta, y salían”.


Sideral

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