19 de Diciembre del 2013POR GIL HUERTA / FOTOS: GINA SÁNCHEZ
La actriz de 39 años se casó en 2008 con el actor, de 43, y tienen a su hija María, de 4, y aunque el último año se separaron, volvieron en junio pasado
María no sabe que asiste al psicólogo, ella piensa que sólo va a dibujar y divertirse, nos dijo la actriz.
Después de que a principios de este año Lisset, de 39 años, y Lisardo, de 43, se separaron y seis meses después se reconciliaron, ahora nos encontramos a la pareja disfrutando de su amor en la playa. En entrevista, la cantante nos confesó que para funcionar bien como familia, tanto ella como su esposo y su hija María, de 4, están tomando terapia. La también actriz agregó que gracias a estos tratamientos, los tres han podido superar las adversidades.
-Lisset, vemos que te diste una escapada en plan romántico con Lisardo, sin su hija...
“La verdad es que sí; darse estos tiempos como pareja, es válido para cualquiera. No es el primer viaje en que la dejamos, ya van varios, pero sé que se encuentra bien con la familia”.
-Este año ha sido un poco loco para ustedes, desde una separación, hasta que se reencontraran nuevamente, ¿no?
“El 2013 fue de muchos cambios rudos para los dos, pero hicimos mucha conciencia”.
-¿Su nena resintió esta separación que vivieron hace unos meses?
“La verdad es que no, porque Lisardo siempre siguió ahí para ella. Entonces, cuando estábamos separados, nuestra nena siempre estuvo con su papá y su mamá”.
-¿Este amor verdadero podría dar otro fruto como María?
“¡No, cállate los ojos, ya estoy muy mayor! (ríe). Fíjate que hace unos meses sí pensaba tener otro hijo, pero la verdad es que María es una niña con un carácter impresionante y un temperamento complicado, y no por salir del paso vamos a darle un hermano para que se aplaque”.
-¿Tu nena cómo está ahora?
“Es inteligente, muy viva, y no le gustan las reglas o normas. Tiene características de un niño índigo (son menores con una personalidad definida y un alto potencial intelectual). Entonces, ella es muy clara, segura y no cambia de opinión. Vamos a terapias, que nos ayudan a los tres, además de que Lisardo y yo también tomamos terapia de pareja”.
-¿Y a tu pequeña también la llevan?
“Sí, va a terapia psicoanalítica desde hace un año, y a ballet, porque tiene unas facultades impresionantes; va que vuela para artista. Pero también me hace berrinches y dramas. Para mí, es más importante la calidad de tiempo que le doy a mi niña, que la cantidad, porque además, Lisardo y yo no paramos de trabajar”.
Lisardo siempre ha estado cercano a su hija; aunque no regresamos por ella, sino porque nos amamos, asegura Lisset.
-¿Por qué decidieron llevarla con un especialista?
“Llegamos a eso porque sus sentimientos son tan grandes, que se desbordan. Esto es para que María aprenda a reconocer sus emociones y sepa dominarlas. La niña es muy fuerte, y el tratamiento le está funcionando de maravilla, porque obvio, no sabe que es terapia, piensa que sólo va a dibujar; platica y se pone a jugar”.
-¿Desde cuándo la toman ustedes?
“Hace como seis o siete meses; nos ha ayudado bastante, porque ahí es donde descubrimos todo lo que nos rodea, qué está bien y qué anda mal, y vamos trabajando día a día. Somos la familia de la terapia (ríe)”.
-¿Cómo es la relación entre ustedes dos?
“Maravillosa, mejor que nunca, y seguimos trabajando todos los días para seguir bien. Te puedo decir con el corazón en la mano, que no estamos juntos para no romper con la familia, ni porque a María le pudiera hacer mal, sino porque nos amamos”.
-Pocas personas saben pedir perdón y perdonar...
“Es que sí cuesta, pero creo que todo depende de uno mismo, perdonarnos a nosotros para
empezando por ofrecer algo a los demás. Estamos fuertes, y cualquier cosa la podremos resolver”.
-¿Lisardo es el amor de tu vida?
“La verdad es que sí, no concibo la vida sin su apoyo y no teniéndolo a mi lado. Soy muy feliz, con él me veo por mucho tiempo más”.
-Nos da mucho gusto verlos contentos...
“Gracias, creo que se nota lo que uno siente por el otro. No es un montaje ni nada por el estilo. Todos los días me despierto y pienso: ‘hoy será un gran día, donde tengo que demostrarle a los míos todo lo que los amo’. Nunca es tarde para pedir perdón y decir te amo”, concluyó.
DRC
